La cita era temprano, a las 5 am a las afueras de la ciudad, pues se trataba de alcanzar el amanecer, la noche anterior nos habíamos desvelado en los famosos ruins bars del centro, y estuvimos a punto de no ir, pensamos que eran vacaciones, y las desmañanadas no valdrían la pena. Sin embargo, pusimos los despertadores, le pedimos a nuestra anfitriona que nos pidiera un taxi a las 5 am y dormimos un promedio de dos horas, en el taxi camino al punto de encuentro yo solo podía pensar que ojalá no me arrepintiera.

Era pleno verano, hacia calor y pintaba para un excelente clima. Después de 40 minutos en el taxi por el lado de Pest siguiendo el rio hacia las afueras, llegamos al punto de encuentro. David nos esperaba gustoso y sonriente, esperamos un par de miembros mas que nos acompañarían, tuvimos una lección de literal 10 minutos para aprendernos a parar en la tabla y las instrucciones básicas, y cada quien cargó su equipo hacia la orilla del Danubio, donde empezaba el recorrido.

Asi nuestra vista acercandonos a la ciudad.

 

SUP Budapest es una de las experiencias mejor puntuadas dentro de Airbnb, y fue la que primero llamó nuestra atención, el paddle surf, o surf de tabla es una forma de deslizamiento de origen polinesio en la que el navegante utiliza una pala para desplazarse por el agua mientras permanece de pie en una tabla de surf, y según dicen, cualquiera puede hacerlo sin experiencia previa. Además, teníamos el plus de ver el amanecer en el Danubio mientras nos acercábamos a la ciudad durante las siguientes 2 horas. Al momento de acercarnos al río, la pesadez de las pocas horas de sueño fue sustituida por una emoción casi infantil, de esas que te dan cuando te cantan las mañanitas alrededor de tu pastel de cumpleaños.

Durante los primeros 3 minutos las piernas te tiemblan, después te paras con toda naturalidad, siempre haciendo fuerza, y el recorrido empezó. Éramos un grupo de aproximadamente 10 personas que a la luz del amanecer seguíamos los rayos del sol sobre el Danubio. Dentro de los primeros 20 minutos todo me quedo claro, y solo pensaba en lo que me habría perdido de no haber asistido, puedo decir, sin miedo a equivocarme que ha sido una de las mejores experiencias en mis viajes, no solo por la actividad, sino por el todo: el lugar, el rio, los a los rededores, el clima, la gente, etc., todo pintaba perfecto para un gran día.

Camino al puente de las cadenas.

Al principio el paisaje es de bosque nada mas, poco a poco, y con el miedo de caer al Danubio (que, sobra decir que tampoco pasa nada si caes, ya que tienes chaleco salvavidas y el clima es muy agradable). Después, la ciudad se empieza a abrir paso, primero, por un canal al lado de la isla de Óbudai-sziget, donde según nos cuentan son las mejores fiestas de música electrónica de todo Hungría, luego la isla Margit o Margarita, la del parque, después, 20 minutos mas adelante aparece sobre el horizonte del lado izquierdo, como cereza de ese pastel de cumpleaños, el Parlamento, ese primer punto de interés al que llegas corriendo cuando arribas a Budapest, pero, en esta ocasión lo estábamos apreciando desde la mitad del Danubio, parado a medio río, con el Parlamento de un lado y el Castillo de Buda en el otro, mientras el sol se seguía posicionando en el firmamento, es ese tipo de momentos que son difíciles de describir, que te remiten a ese tipo de actividades que nunca pensaste que harías en tu vida, y que de repente, te encuentras ahí, haciéndolas.

Sorteando los barcos turisticos.

 

El recorrido siguió con sus respectivos descansos sobre la tabla, nos cuesta trabajo intercambiar palabras con nuestro grupo ya que pocos hablan inglés, David, el líder, siempre al pendiente de nosotros, lo cual se agradece. Mientras mas nos adentramos en la ciudad, los obstáculos aparecen, un par de botes turísticos y hasta un barco de tamaño considerable, que le dan emoción al recorrido. El siguiente punto del que vale mucho la pena acordarse es el puente de las cadenas, si, ese que es parada obligada de los turistas, pero en esta ocasión lo atravesamos por abajo, lo cruzamos, cual un barco lo haría, pero a la intemperie, solo nuestro remo nos separa de sus pilares de acero y piedra, trato siempre de tomar fotografías, pero con el remo en una mano y el peligro de tirar el celular los resultados no son los mejores siempre, afortunadamente, el buen David se ha encargado de tomar fotografías también.

Después de aproximadamente 2 horas llegamos a la orilla, muy cerca del viejo mercado, el grupo se separa, nos damos cuenta que somos los únicos turistas, un compa que nos acompañaba, de la nada se desnuda (completo), literal frente a nosotros sin ninguna pena y se cambia su ropa por un traje y corbata formal, listo para ir a trabajar, solo estaba transportándose de esta peculiar manera de su casa al trabajo. Entregamos el equipo, agradecemos y nos despedimos, continuamos sobre el puente Elisabeth con destino al mercado para buscar algo de desayunar, aunque ya llegábamos muy buen sabor de boca de una de las mejores y mas recomendadas experiencias que hemos tenido en los últimos viajes.

Una foto nunca le va a hacer justicia.

Datos útiles:

  • Pueden contactar a David de SUP Budapest en su experiencia de Airbnb o directamente en su instagram.
  • La experiencia nos costó en el verano del 2019 $ 1,785 pesos mexicanos para dos personas, realmente lo vale.
  • El taxi del centro de Budapest a las 5 am nos costó el equivalente a USD $50, es la manera más fácil de llegar, por no decir la unica (a menos que seas un astro para el transporte público a las 5 am)
  • No hay uber, pero hay una app local en húngaro, pide ayuda, cualquier feliz lo hace.
  • No lleves mochila, se practico, no puedes cargar bultos, además el lugar del que sales no es el mismo al que llegas.
  • Una funda para proteger el celular del agua también es indispensable.
  • Tampoco tienes que llevar muda de ropa, con un poco de cuidado no te mojas.

    ©Enrique Marín

    ©Fotos de David de SUP Budapest